Nikola Tesla: Hijo de la luz o de la oscuridad ?
Tiene grupos de fans en Facebook, su cara en billetes y museos dedicados a su obra. David Bowie lo interpretó en una película y hasta el Dr. House sale en su defensa. Los libros se han encargado de esconder a Nikola Tesla como la vergüenza de que el mayor científico de todos los tiempos haya querido un mundo donde la energía llega gratis a todos los rincones del planeta.
Como dice el viejo refrán: el mejor truco del diablo es hacernos creer que no existe. El físico croata Nikola Tesla no fue un demonio, pero cada día aparecen más pruebas de que, quizás, ni siquiera perteneció a este planeta. Relegado a las solitarias esquinas del conocimiento hoy sabemos que Edison “inventó” la electricidad, que Marconi creó la radio y que Einstein y Newton son los más grandes físicos de la historia gracias a su teoría incombustible. O al menos gracias a un fantástico trabajo de publicidad.
Nikola Tesla era un científico que se saltaba la teoría para crear inventos tan asombrosos para el día de hoy, que nos permiten intuír algo del impacto y suspicacias que generaron en su época. Nacido un 10 de julio de 1856 en Croacia, Tesla revolucionó la teoría eléctrica desarrollando las bases para la generación de corriente alterna. Instalado en Estados Unidos trabajó para Edison quien se apropió de parte de su trabajo y boicoteó el resto -si, ni los genios escapan al de la cola-
Algo parecido con Marconi, el supuesto inventor de la radio que patentó el transmisor en el año 1900, tres años después de que Tesla hiciera la primera transmisión de sonido a distancia. Marconi en su primer prototipo utilizó por lo menos 15 piezas patentadas mucho antes a nombre de Tesla y se ganó un inmerecido Nobel el año 1911. Más tarde, fue reconocido con el galardón, pero Tesla se negó a recibirlo.
Como muestra de una vida difícil castigada con el insulto al ingenio, Tesla fue hijo de un predicador y una mujer analfabeta con memoria privilegiada que trataban de hacerlo abandonar sus delirios de inventor desde que a los 5 años creó una especie de molino de viento. A punto de morir víctima del cólera, le hizo prometer a su papá que si sobrevivía lo dejaría ser ingeniero. Se repuso y trabajó su juventud en Budapest donde desarrolló otros inventos como un amplificador, las primeras teorías sobre la corriente alterna y tomó contacto con Edison para pedirle pega armado solo de una carta y cuarenta centavos en el bolsillo. La carta en cuestión estaba firmada por uno de los financistas de Edison en Europa y decía: “Señor Edison, conozco dos grandes personas en el mundo. Uno es usted y el otro este muchacho”. El resto de su carrera en América es una serie de robos, abusos y humillaciones que lo llevaron a la desacreditación y la pobreza.
Más estresado que el vecino de Tesla
Durante los veinte años siguientes realizó un gran número de descubrimientos que suenan a ciencia ficción extravagante. ¿Es imaginable una máquina para producir terremotos que, de paso, puede controlar el clima y crear lluvias torrenciales, sequías y tsunamis a voluntad dónde uno ponga el dedo?.
Lo cierto es que Tesla probó un terremoto a escala al conseguir la frecuencia de resonancia en su cuadra y casi derribar el edificio donde vivía. Durante el sismo, sus vecinos lo sorprendieron tratando de apagar un enorme máquina a golpes. A diario, desde su taller, salían enormes relámpagos y truenos que en ocasiones podían escucharse a más de 35 kilómetros de distancia. Experimentos que eran la base para transmitir electricidad lejos y sin cables.
Tesla pudo encender 20 ampolletas a 40 kilómetros de distancia sin necesidad de cables, desarrollar lo que 50 años más tarde sería el rayo láser y generadores eléctricos que extraían energía de la tierra y la atmósfera. Él sabía que el movimiento del planeta genera una cantidad de electricidad ilimitada que reposa sobre nuestras cabezas a diario.
En 1901 inició la construcción de Wardenclyffe, una enorme torre de 65 metros con un terminal esférico de 20 metros de diámetro que aprovechaba las inmensas vibraciones eléctricas del planeta para conseguir energía ilimitada de la tierra y a bajo costo, la cual sería transmitida gratuitamente a todo el mundo lo que le valió el desprecio de la comunidad científica y los inversionistas, que ya le habían adelantado dinero para su megaproyecto. Wardenclyffe se funó a mitad de su construcción.
Cinco años antes, George Westinghouse, cabeza de la compañía de electricidad del mismo nombre compró muchas de las patentes inventadas y por inventar por Tesla para no desclasificarlas jamás en pro del lucro y evitar que tecnologías como los rayos X, el láser, el tubo fluorescente, el radar y la electricidad fueran gratis para el mundo. Por su parte, Edison encontró ayuda en ricos conglomerados que protegían la corriente continua patentada por el norteamericano, incluso con ayuda de gobierno que prohibía por ley el desarrollo de investigaciones sobre la corriente alterna de Tesla. Incluso, Tesla fue perseguido por “agentes” que destruían sus creaciones.
Viejo, triste, pero satisfecho de su obra, don Nikola acabó sus días sin apoyo de ningún tipo. Desde Croacia recibía una pensión del gobierno que no fue suficiente para sacarlo de la miseria e infelicidad en que falleció el año 1943.
Hoy, Tesla es un prócer que sale en los billetes de 100 dinares en Serbia como un genio al que se le ha negado todo reconocimiento a lo largo de la historia. Hace un par de años, Christopher Nolan (director de “Memento” y el último revival de Batman) vistió a otro extraterrestre como David Bowie en el rol del científico para la película “El gran truco”.
En una espectacular escena en que lo presentan como un extraño científico al que un mago acude en busca de ayuda. En el encuentro Tesla le confiesa apesadumbrado: “La búsqueda del hombre supera su valentía: La sociedad puede tolerar sólo un gran cambio a la vez. La primera vez que intenté cambiar el mundo me saludaron como a un visionario. La segunda, me pidieron cortesmente que me jubilara”.
Desde entonces se desclasificó la existencia de Nikola Tesla para la gallada, que lo alzó como icono en facebook y páginas web dedicadas a revelar el complot contra el croata. El gobierno norteamericano desclasificó parte de sus notas y patentes, pero no las más relevantes. Los mismos grupos paranoides -con algo de sentido- especulan que el ingenio de Tesla es ocupado hoy como tecnología militar y espacial sin entregarle crédito ni el uso original que el menoscabado físico intentó darles a sus proyectos. Entre ellos se menciona el “rayo de la muerte”, una aplicación bélica para sus estudios electromagnéticos.
Tiene grupos de fans en Facebook, su cara en billetes y museos dedicados a su obra. David Bowie lo interpretó en una película y hasta el Dr. House sale en su defensa. Los libros se han encargado de esconder a Nikola Tesla como la vergüenza de que el mayor científico de todos los tiempos haya querido un mundo donde la energía llega gratis a todos los rincones del planeta.
Como dice el viejo refrán: el mejor truco del diablo es hacernos creer que no existe. El físico croata Nikola Tesla no fue un demonio, pero cada día aparecen más pruebas de que, quizás, ni siquiera perteneció a este planeta. Relegado a las solitarias esquinas del conocimiento hoy sabemos que Edison “inventó” la electricidad, que Marconi creó la radio y que Einstein y Newton son los más grandes físicos de la historia gracias a su teoría incombustible. O al menos gracias a un fantástico trabajo de publicidad.
Nikola Tesla era un científico que se saltaba la teoría para crear inventos tan asombrosos para el día de hoy, que nos permiten intuír algo del impacto y suspicacias que generaron en su época. Nacido un 10 de julio de 1856 en Croacia, Tesla revolucionó la teoría eléctrica desarrollando las bases para la generación de corriente alterna. Instalado en Estados Unidos trabajó para Edison quien se apropió de parte de su trabajo y boicoteó el resto -si, ni los genios escapan al de la cola-
Algo parecido con Marconi, el supuesto inventor de la radio que patentó el transmisor en el año 1900, tres años después de que Tesla hiciera la primera transmisión de sonido a distancia. Marconi en su primer prototipo utilizó por lo menos 15 piezas patentadas mucho antes a nombre de Tesla y se ganó un inmerecido Nobel el año 1911. Más tarde, fue reconocido con el galardón, pero Tesla se negó a recibirlo.
Como muestra de una vida difícil castigada con el insulto al ingenio, Tesla fue hijo de un predicador y una mujer analfabeta con memoria privilegiada que trataban de hacerlo abandonar sus delirios de inventor desde que a los 5 años creó una especie de molino de viento. A punto de morir víctima del cólera, le hizo prometer a su papá que si sobrevivía lo dejaría ser ingeniero. Se repuso y trabajó su juventud en Budapest donde desarrolló otros inventos como un amplificador, las primeras teorías sobre la corriente alterna y tomó contacto con Edison para pedirle pega armado solo de una carta y cuarenta centavos en el bolsillo. La carta en cuestión estaba firmada por uno de los financistas de Edison en Europa y decía: “Señor Edison, conozco dos grandes personas en el mundo. Uno es usted y el otro este muchacho”. El resto de su carrera en América es una serie de robos, abusos y humillaciones que lo llevaron a la desacreditación y la pobreza.
Más estresado que el vecino de Tesla
Durante los veinte años siguientes realizó un gran número de descubrimientos que suenan a ciencia ficción extravagante. ¿Es imaginable una máquina para producir terremotos que, de paso, puede controlar el clima y crear lluvias torrenciales, sequías y tsunamis a voluntad dónde uno ponga el dedo?.
Lo cierto es que Tesla probó un terremoto a escala al conseguir la frecuencia de resonancia en su cuadra y casi derribar el edificio donde vivía. Durante el sismo, sus vecinos lo sorprendieron tratando de apagar un enorme máquina a golpes. A diario, desde su taller, salían enormes relámpagos y truenos que en ocasiones podían escucharse a más de 35 kilómetros de distancia. Experimentos que eran la base para transmitir electricidad lejos y sin cables.
Tesla pudo encender 20 ampolletas a 40 kilómetros de distancia sin necesidad de cables, desarrollar lo que 50 años más tarde sería el rayo láser y generadores eléctricos que extraían energía de la tierra y la atmósfera. Él sabía que el movimiento del planeta genera una cantidad de electricidad ilimitada que reposa sobre nuestras cabezas a diario.
En 1901 inició la construcción de Wardenclyffe, una enorme torre de 65 metros con un terminal esférico de 20 metros de diámetro que aprovechaba las inmensas vibraciones eléctricas del planeta para conseguir energía ilimitada de la tierra y a bajo costo, la cual sería transmitida gratuitamente a todo el mundo lo que le valió el desprecio de la comunidad científica y los inversionistas, que ya le habían adelantado dinero para su megaproyecto. Wardenclyffe se funó a mitad de su construcción.
Cinco años antes, George Westinghouse, cabeza de la compañía de electricidad del mismo nombre compró muchas de las patentes inventadas y por inventar por Tesla para no desclasificarlas jamás en pro del lucro y evitar que tecnologías como los rayos X, el láser, el tubo fluorescente, el radar y la electricidad fueran gratis para el mundo. Por su parte, Edison encontró ayuda en ricos conglomerados que protegían la corriente continua patentada por el norteamericano, incluso con ayuda de gobierno que prohibía por ley el desarrollo de investigaciones sobre la corriente alterna de Tesla. Incluso, Tesla fue perseguido por “agentes” que destruían sus creaciones.
Viejo, triste, pero satisfecho de su obra, don Nikola acabó sus días sin apoyo de ningún tipo. Desde Croacia recibía una pensión del gobierno que no fue suficiente para sacarlo de la miseria e infelicidad en que falleció el año 1943.
Hoy, Tesla es un prócer que sale en los billetes de 100 dinares en Serbia como un genio al que se le ha negado todo reconocimiento a lo largo de la historia. Hace un par de años, Christopher Nolan (director de “Memento” y el último revival de Batman) vistió a otro extraterrestre como David Bowie en el rol del científico para la película “El gran truco”.
En una espectacular escena en que lo presentan como un extraño científico al que un mago acude en busca de ayuda. En el encuentro Tesla le confiesa apesadumbrado: “La búsqueda del hombre supera su valentía: La sociedad puede tolerar sólo un gran cambio a la vez. La primera vez que intenté cambiar el mundo me saludaron como a un visionario. La segunda, me pidieron cortesmente que me jubilara”.
Desde entonces se desclasificó la existencia de Nikola Tesla para la gallada, que lo alzó como icono en facebook y páginas web dedicadas a revelar el complot contra el croata. El gobierno norteamericano desclasificó parte de sus notas y patentes, pero no las más relevantes. Los mismos grupos paranoides -con algo de sentido- especulan que el ingenio de Tesla es ocupado hoy como tecnología militar y espacial sin entregarle crédito ni el uso original que el menoscabado físico intentó darles a sus proyectos. Entre ellos se menciona el “rayo de la muerte”, una aplicación bélica para sus estudios electromagnéticos.
Un mundo descabellado: los dichos de Nikola Tesla
“En un futuro próximo veremos una gran cantidad de aplicaciones de la electricidad: Podremos dispersar la niebla mediante fuerza eléctrica. Centrales sin hilos se utilizarán con el propósito de iluminar los océanos. Se conseguirá la transmisión de imágenes mediante hilos telegráficos ordinarios (transmisión sin hilos de inteligencia y energía) “”Otra valiosa novedad será un máquina de escribir operada mediante la voz humana. Tendremos eliminadores de humo, absorbedores de polvo, esterilizadores de agua, aire, alimentos, y ropa. Se convertirá en imposible contraer enfermedades por gérmenes y la gente del campo irá a las ciudades para permanecer allí”. ”Transmisión de energía sin hilos (producida por generadores ambientalmente compatibles) para que el hombre pueda solucionar todos los problemas de la existencia material. La distancia, que es el impedimento principal del progreso de la humanidad, será completamente superada, en palabra y acción. La humanidad estará unida, la guerras serán imposibles, y la paz reinará en todo el planeta.”Nikola Tesla (1856-1943)
LOS INVENTOS MARCA “TESLA”
De entre sus 700 patentes registradas y las 1200 no oficiales destacan descubrimientos e inventos como:
-La transferencia inalámbrica de energía eléctrica mediante ondas electromagnéticas sin cables a largas distancias.
-Corriente alterna, corriente de impulso y corriente oscilante
-Armas de energía directa
-Radio
-Bombilla sin filamento
-Dispositivos de electroterapia
-Sistemas de propulsión por medios electromagnéticos (sin necesidad de partes móviles)
-Bobina de Tesla
-Tecnología de radar
-Lámpara fluorescente
-Submarino eléctrico
-Oscilador vibracional mecánico
-Máquina para causar terremotos (no demostrado, pero la cual pudieran haber perfeccionado los seres del mal, para que ocurran últimamente…recuerdan los rayos del terremoto del 2007 con epicentro en Pisco? )
-Teslascopio
-Control remoto
-Rayos T
-Transmisión de vídeo e imágenes por métodos inalámbricos
-Métodos y herramientas para el control climático
-Envío de electricidad con un solo cable
-Rayos X
-Radiogoniometría eléctrica.
Fuentes:
Wikipedia
Adaptación Carlos Salazar (Lanacion.cl)
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